Cuando hablamos de los cursos extraescolares a desarrollar durante la duración (y me repito) del curso escolar, queremos seguir los mismos principios que se siguen desde la escuela (ya sea de infantil o de primaria), como son los de inclusión y normalización.
Ambos principios son de gran importancia teniendo en cuenta la gran variedad de alumnado que encontramos en nuestras aulas día a día. Esta diversidad se traslada también a los cursos extraescolares, y fomentar que todos trabajen juntos con los mismos objetivos es una de las prioridades de estas actividades.
Hoy os queremos hablar de cómo acercar el tiempo libre a los niños que presentan cualquiera de las modalidades TEA (autismo).
Primero debemos partir del conocimiento de que los niños que presentan cualquiera de las modalidades del Trastorno del Espectro Autista (TEA), no presentan curiosidad ni necesidad de exploración y el juego lo realizan de forma estereotipada y muy regulado.
Lo normal en la intervención (tanto en la escuela como en las actividades de tiempo libre) es priorizar la comunicación del niño antes que el desarrollo de sus habilidades sociales. Sin embargo, nuevas concepciones orientan a que fomentar la espontaneidad del niño puede favorecer el desarrollo integral del niño.
Teniendo en cuenta todo esto, vamos a dar unas pequeñas pautas a tener en cuenta en la realización de cursos extraescolares en los que tengamos dentro del grupo a algún niño que presente este trastorno.
– Debemos de tener muy clara la temporalización y las diferentes posibilidades de respuesta que pueden originarse.
– Evitar las actividades estereotipadas en el niño.
– Tener apoyo en objetos visuales.
– No obligar en ningún momento a realizar actividades.
– Fomentar la comunicación con el resto de participantes.
«Tener autismo no significa no ser humano, sino ser diferente.»