Hugo es un niño que hace 9 meses llego de Etiopia, tan solo tiene 6 años. Un sábado a la tarde se puso a caminar por las calles de su ciudad de la mano de su padre. Al llegar a la plaza del pueblo, el niño muy sorprendido vio algo gigante al final, y niños muy contentos allí subidos a todo saltar.
El sorprendido pregunto: – Papa, papa: ¿pero qué es eso?
Y el padre contesto: – Es un hinchable, para saltar y saltar y divertirse.
Cada vez que Hugo daba un paso estaba más cerca de ese gigante hinchable. Y el encantado a subir.
El padre lo cogió en brazos y la abalanzo hacia dentro del hinchable. Hugo allí estaba saltando y saltando y disfrutando del momento.
Cuando bajo el seguía con su emoción. Y dijo:- papa nunca había visto cosa igual, me encanto, yo quiero uno para mí.
Al llegar a casa Hugo llegaba contentísimo y le conto a su madre lo que había visto esa tarde.
- Mama, mama hoy me lo pase muy bien, monte en una cosa gigante, que cada vez que saltaba y saltaba rebotaba hacia arriba, como si estuviera encima de una nube.
Pasaban los días y los días y Hugo seguía soñando con aquel día subido en el hinchable y lo bien que lo pasara.
- Mama, Papa quiero volver ir a subir allí, con mis amigos y pasarlo muy bien.
Su madre al verlo tan ilusionado, y viendo que se acercaba su cumpleaños. Y él nunca había tenido eso y ya que era su primer cumpleaños. Los padres decidieron ir al alquiler de hinchables.
Cuando llego el día de su cumpleaños, Hugo fue al jardín con sus amigos. Y a su gran sorpresa, fue que sus padres le habían alquilado un hinchable, para saltar y saltar y pasarlo bien con sus amigos.
El Gran sueño de Hugo, se hizo realidad, al ver que lo habían alquilado.
Todos tenemos derechos a que nuestros sueños por un día se hagan realidad. El alquiler de hinchables hizo feliz por un día a alguien.